"No es simple la tarea de poner en las manos del lector las llaves de un mundo poliédrico hecho con mosaicos de infinitos espejos, donde cada forma y todos los seres tienen un espacio. No, no es simple, pero es lo que deseo hacer para franquear la entrada a este libro de cuentos de Gustavo Boschetti.
Los personajes y sus circunstancias, resultan ser a veces meras máscaras pirandellianas de una realidad que se asume desde la ventana donde el autor y el lector se comunican, cada uno con sus universos, con las voces de su historia personal, los colores, magias, miserias y éxtasis que la vida ha ido acumulándoles.
En ese instante de contacto de sensibilidades, donde el tiempo del mundo y el espacio de un texto escrito se encuentran en un aleph inevitable, está la necesaria literatura que viene haciéndose desde que la letra buscó su lugar y su voz en el papel. Muchos han querido acceder y obviamente no todos lo lograron; se trata, en definitiva, de una empresa humana, para nada divina, sino hija del trabajo, del deseo y la capacidad. Condiciones que Boschetti expone en cada texto como resultado; es decir, profesionalmente.
Querido lector, las historias que están esperándote detrás de este prólogo, posiblemente las hayas imaginado alguna vez en alguien que resulta ser Fanelli; o quizá tu abuelo supo deslizarte en confidencia su historia con una desdibujada Ingrid; o es posible – sí muy probable – que desde tu adolescencia aún resuenen las notas de una canción que no terminaste de cantarte (...)
"Todos somos cada uno al
mismo tiempo" dijo alguna vez Jorge Luis Borges en un reportaje, y nada mejor
que un libro de historias para darnos cuenta de la vigencia casi abrumadora de
esta afirmación. Todos somos historias, múltiples, de infinitas narraciones, de
contornos heroicos y también de fuerzas proscriptas, de personajes sublimes y
de cobardías notorias, de manifiestos sentimientos y de inconfesables deseos,
de palabras que se escriben con grandes letras y de otras que supuran
amargamente en el silencio. En definitiva, vivir se trata de seguir siendo para
encontrarle un sentido a lo que quizá no lo tenga sino en nuestra propia
poesía, la que también encuentra un renglón donde recostar su inquietud, para descansar en las palabras de un autor
como Boschetti que nos invita a leerlo"
C. Italiano (2007)
"Todas sus historias merecerían una mención detallada: desde la que protagoniza Roncatti, ese hombre que decide matarse tirándose del Empire State, pasando por la del hijo que, en “Cirugía”, recuerda una compleja relación con su padre, hasta los brevísimos “El cepo”, “Los gusanos y la herida” o “La boa”. Pero hay un relato que me emocionó especialmente. Se titula “Pequeña ala” y es la historia de un sueño. Ese chico que, con verdadera desesperanza anhela llegar a tocar la guitarra como esos negros perdidos en los arenales de la historia musical norteamericana. Los deseos del muchacho chocan con los proyectos de una madre despótica que quiere hacer de su hijo un abogado de prestigio como ella. Finalmente el protagonista logra tocar en un bar y Boschetti relata ese pequeño triunfo de una forma noble, con una delicadeza y una elegancia inolvidables. Los que escribimos, los que nos embarcamos en este sueño de ser creadores, de hacer lo diferente por el placer mismo de hacerlo, hemos pasado más de una vez por la situación del protagonista. Ese desaliento adolescente ante la sordera de un mundo hostil, esa actitud final ante todos los actos de su arte, en fin, ese camino siempre bordeando precipicios del talento inmaduro que asume gestos totales para acreditar y acreditarse una identidad artística, son capturados por Boschetti de una manera impecable.
“En pedazos” tiene la dulzura brutal del desengaño, la aspereza irreverente de las iniciaciones. Los cuentos componen el dolor de la primera herida y el deseo perpetuo de volver a sentir la inocencia".
M.A.Gavilán (2009)