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VIII
se levanta en resplandor
el grial de la mañana
y lo obstinado de mi voz
queriendo amedrentar aquel silencio
soy yo: la perpleja sintonía
de un anhelo,
yo, en la orilla desnuda
de un río decimal
una ola rompe
huérfana de un buque lejano
que vivió a nuestros ojos
un instante insuficiente
porque no hay imagen cautiva
en la memoria del río
todo se apresura: su veracidad
compacta
su huida incesante
su grave flotar de pato
(zancan en el aire sus bestias
imaginadas,
la ciudad se encoge y le teme)
el río es un buque inasible que se
aleja,
un absoluto que siempre acaba de
pasar
el río es tiempo que corre en el agua
mis pies se hunden en la arena...
IX
…en tu arena, Paraná
donde chispea el
rocío
como un sembrado de diamantes
de boyas y balsas
se desgajan
canciones
en tu orilla
reposan
mis estribores cansados
.
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